La convergencia del arte, la cultura y la salud ha sido el foco de múltiples investigaciones que muestran sus ventajas para el bienestar físico, mental y económico tanto de individuos como de comunidades. Involucrarse en actividades culturales y artísticas no solo amplía la experiencia humana, sino que también ayuda a elevar la calidad de vida y a reducir costos considerables en los sistemas de salud.
Ventajas para la salud física y mental
Beneficios para la salud física y mental
Investigaciones recientes han demostrado que la participación en eventos artísticos, como conciertos, obras de teatro o exposiciones, así como la práctica de actividades culturales, puede aliviar síntomas de depresión, reducir el dolor y disminuir la dependencia de medicamentos. Por ejemplo, un estudio realizado en el Reino Unido encontró que involucrarse en actividades culturales, incluso de manera ocasional, está asociado con mejoras significativas en la salud mental y física.
Además, la música ha mostrado tener efectos terapéuticos notables. La Fundación Músicos por la Salud, en España, ha implementado microconciertos en hospitales, logrando mejorar el bienestar de los pacientes en un 84%. Estos pequeños espectáculos han ayudado a reducir el estrés, la ansiedad y a promover un ambiente más positivo en entornos hospitalarios.
Repercusión económica y social
Impacto económico y social
Por ejemplo, la ciudad de Granada, al postularse como candidata para ser Capital Europea de la Cultura 2031, destacó que la cultura constituye el 31,8% de su PIB y genera empleo para casi 48,000 personas. Este dato subraya la importancia de invertir en proyectos culturales como motores del desarrollo económico y generadores de oportunidades laborales.
Sugerencias de entidades internacionales
Recomendaciones de organismos internacionales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el papel fundamental de las artes en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. En un informe de 2019, la OMS concluyó que las artes pueden desempeñar un papel crucial en la prevención de enfermedades mentales, el manejo de enfermedades no transmisibles y la mejora de la salud en general. El documento recomienda la integración de las artes en las políticas de salud pública y la promoción de la participación artística a nivel individual y comunitario.