El verano está cada vez más cerca para los amantes del deporte y tras el histórico triunfo de la selección española de fútbol en la Copa de Europa, los Juegos Olímpicos, la prueba más importante a la que puede aspirar un deportista y que comienza mañana, aunque su fecha oficial La inauguración tendrá lugar el viernes. No sabemos si por excesiva ambición o por predicciones basadas en datos reales, quizás un poco de ambas cosas, es el Comité Olímpico Español (COE) el responsable en los últimos meses de desatar la euforia a nivel nacional. Según indicó su presidente Alejandro Blanco, tal y como indicó en una entrevista concedida a este periódico el pasado domingo, la delegación española aspira a superar las 22 medallas de Barcelona 92, que marcó el inicio de la época deportiva más gloriosa de nuestro país, un récord absoluto en algunos juegos.
De hecho, tanto en Londres 2012 como en la ciudad brasileña, los deportistas llevaron la mayor alegría a los aficionados. En la capital inglesa ganaron 13 medallas frente a seis de sus homólogos masculinos, mientras que en Río consiguieron nueve y ocho respectivamente. medallas de oro de Lydia Valentine (halterofilia), Ruth Beitia (salto de altura), Mylene Churo (piragüismo) y Marina Alabau (vela); medallas de plata para Mireya Belmonte (natación), selección de baloncesto; o las medallas de bronce de la selección de natación sincronizada y de la selección de balonmano son recuerdos brillantes en la memoria colectiva de los españoles.
En la capital francesa, nombres como Ana Pelleteiro (triple salto), Carolina Marín (bádminton), Adriana Cerezo (taekwondo) o la selección de fútbol, actual campeona del mundo, son los que más posibilidades tienen de suceder a sus predecesoras.
Pero el mayor honor es para quienes vienen a París después de ser madres recientemente, una utopía del pasado que año tras año parece cada vez más normalizada. A nadie le gusta que Peleteiro explique esta realidad. La gallega, tras ganar el bronce en Japón, frenó su brillante carrera para dar a luz a su primera hija. Pasó más de un año fuera de las pistas, pero el saltador no pareció darse cuenta. Aspira a todo en estos partidos tras ganar el oro en la Eurocopa el pasado mes de junio. Mayalen Churro, Liliana Fernández (voleibol), Teresa Portella, Shandy Barbosa (balonmano) y Azahara Muñoz (golf) son otras mujeres de este valiente grupo.
Los datos y techos marcados por la delegación española son impresionantes, pero si miramos al denso y apasionante grupo, seguimos encontrando registros que invitan a soñar con metales preciosos. Por ejemplo, España trae a la gala once equipos, más que cualquier otro país europeo, como en Barcelona en 1992 y sólo superada por Estados Unidos y Japón, aunque esta vez será exclusivamente por mérito deportivo, que revaloriza la magia. número. Los dos equipos de balonmano, los de fútbol, los de hockey hierba, los de waterpolo, los de baloncesto y el de baloncesto 3×3 femenino son los once grupos que desatan la ilusión.
Además, la bandera española estará representada en 38 de las 44 disciplinas y debutará en el fútbol femenino, la escalada de velocidad, el surf, el baloncesto 3×3, la gimnasia en trampolín, el pentatlón moderno y el boxeo femenino. También debutará en tenis de mesa en dobles mixtos. Sólo será imposible subir al podio en voleibol, rugby a siete, ciclismo BMX, halterofilia y break dance.
Veterano en el poder
Un grupo heterogéneo, pero también seguro por la veteranía, ya que los rojiamarillos estarán liderados por deportistas que ya saben lo que significa alcanzar la gloria en unos Juegos Olímpicos. Por supuesto, Saúl Craviotto es el rostro más reconocible en este segmento. El piragüista espera convertirse en el competidor nacional con más medallas olímpicas. Tiene dos medallas de oro, dos de plata y una de bronce y, si repite éxito en París, desempatará con su compatriota David Kahl. También podría ser el único con tres medallas de oro o el primero en tener al menos una medalla de metal. cinco juegos diferentes.
Rudy Fernández, el capitán de la selección de baloncesto, ya escribió su nombre en la historia. Cuando ponga un pie en París, se convertirá en el único atleta de equipo en la historia de los Juegos que ha competido en seis ediciones. Una vez finalizada tu participación abandonarás las pistas definitivamente.
La gallega Teresa Portella, piragüista de 42 años y medallista de plata en Tokio 2020, llegará a siete participaciones en París. Estará a sólo uno del plusmarquista nacional Jesús Ángel García Bragado y a dos de la germano-italiana Josefa Idem Guerini (canoa) y de la uzbeka Oksana Chusovitina.
Pablo Herrera, que ganó la plata en voleibol playa en Atenas en 2004 junto a Javier Bosma; Tamara Etchegoyen, medallista de oro en vela en Londres; Carolina Marín, campeona de bádminton en Río; o Rafael Nadal, ganador de Atenas y Pekín 2008, son otros de los deportistas españoles que llegan a la capital francesa sabiendo a qué sabe la gloria olímpica.