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Cambios obligatorios en las viviendas desde 2030

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Desde el año 2030, se exigirá que las viviendas en España se ajusten a un novedoso estándar de eficiencia energética, lo que cambiará completamente el escenario del sector inmobiliario. Esta regulación, promovida por las instituciones europeas y adaptada a las leyes del país, requiere que todas las propiedades logren un nivel básico de eficiencia para disminuir tanto el uso de energía como las emisiones contaminantes.

La medida busca responder a los compromisos adquiridos en materia de transición ecológica y sostenibilidad, en línea con los objetivos de descarbonización y ahorro energético. El cambio afectará tanto a edificios de nueva construcción como a aquellos ya existentes, lo que implica reformas y adecuaciones para millones de propietarios.

Uno de los puntos centrales de la normativa será la obligatoriedad de que las viviendas cuenten con un certificado energético que acredite que cumplen con los requisitos exigidos. En la actualidad, este documento es necesario en operaciones de compraventa o alquiler, pero no se exige que el inmueble alcance un nivel específico de eficiencia. Con la nueva regulación, se establecerá un mínimo, lo que podría obligar a realizar inversiones en aislamiento, sistemas de climatización, ventanas, iluminación y electrodomésticos.

Especialistas en el ámbito inmobiliario indican que la decisión podría representar un desafío significativo para los dueños de casas antiguas, sobre todo aquellas edificadas antes de la implementación de normativas de eficiencia más rigurosas. En estas situaciones, las renovaciones esenciales para alinearse con los nuevos criterios podrían resultar caras, y hay la posibilidad de que una porción de las propiedades pierda valor en el mercado si no se actualiza a tiempo.

Por otro lado, se prevé que el cambio impulse la demanda de servicios relacionados con la rehabilitación energética, generando oportunidades para empresas de construcción, instaladores, arquitectos e ingenieros especializados en eficiencia. También se espera un crecimiento en la instalación de energías renovables domésticas, como paneles solares o sistemas de aerotermia, que pueden ayudar a cumplir con los requisitos y reducir la factura energética.

El Estado junto con los gobiernos regionales elaboran estrategias para apoyar la transición, las cuales podrían contemplar subsidios y opciones de financiación para dueños de propiedades. Estos apoyos podrían asumir una porción de los gastos relacionados con las modificaciones, poniendo especial enfoque en las familias de escasos recursos y comunidades de vecinos con limitaciones financieras. No obstante, todavía falta concretar el alcance de estas ayudas y los métodos de supervisión que aseguren su correcta implementación.

Las agrupaciones de consumidores han señalado que, si no se implementa un plan de apoyo robusto y adecuadamente administrado, la iniciativa podría causar desigualdades y dificultades para aquellos que no puedan costear las renovaciones. Por otro lado, organizaciones dedicadas al medio ambiente aplauden la decisión, afirmando que aumentar la eficiencia energética no solo disminuirá las emisiones, sino que también incrementará la comodidad y mejorará la calidad de vida en las viviendas.

El nuevo marco legal forma parte de una estrategia más amplia que pretende que, para 2050, el parque inmobiliario español sea neutro en emisiones de carbono. La obligación de cumplir con estándares más exigentes a partir de 2030 es un paso intermedio hacia esa meta.

Con esta regulación, España continúa con la pauta establecida por otros países en Europa, que han puesto en marcha acciones parecidas para avanzar en el combate contra el cambio climático. El reto ahora consistirá en asegurar que el cambio sea inclusivo y que los dueños tengan los recursos necesarios para adaptarse sin que se convierta en un costo económico insostenible.

Por Otilia Adame Luevano

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